Turqouise marilyn

Turqouise marilyn

martes, 6 de abril de 2010

a punch in my balls...

Esa piel zanahoria pimientada
llena de pecas que reposan y toman el sol sin preocupación,
aquella piel color naranja que nadie mas tiene
aquella tez aterciopelada que brilla de un color tostado,
pareciera que los rayos solares son escogidos manualmente, el mismo sol envía los mas puros y luminosos rayos de luz directamente a su cuerpo, que al asolearse brotaban más pequeñas pecas como brotan gotas de las nubes, aquella sonrisa que me volteaba a ver y traía una capa magnética que producía en mi extraña sensación. Sí, era una aceptación y vale madrismo que veía en mi. Una sonrisa dulce y cálida, como una fresca manzana en verano bajo el sol, ahora me sonreía mientras veía tras su hombro a este hombre tan torpe intentar sacar la comida que había preparado para este caluroso dia, todo era un revoltijo, todo salia embarrado de todo y ella solo reía de una manera tan simpática (como cuando te ríes de alguna travesura que hacia un niño chiquito y tu tratando de ser discreto para no ser notado por este mismo, se levantaba los lentes de sol un poco solo para mostrar un poco de interés el cual si lo sentía pero encontraba mas atractivo este episodio de una lucha contra un sándwich. Por debajo de aquel sombrero grande color azul portaba su cabello natural castaño oscuro pero con tonos claros que por momentos se podían observar como naranjas. Al fin opte por descansar un rato debajo del árbol sobre la toalla, dejo caer su cuerpo y su cabeza sobre mi pecho, levanto de nuevo sus gafas de sol y dejo al descubierto un poco de sus ojos claros, la sombra del lente producía una extraño efecto visual en mi retina, el calor producía que quisiera estar alejada de ella para que no sienta mi sudor pero al mismo tiempo, el aroma que expedía de su bello cuerpo era un motivo más por el cual deseaba acercarme centímetro a centimetro cada vez más cerca, la olía y movía mi cabeza de un lado al otro fingiendo el calor me alborotaba, ella sabia que estaba moviéndome para producir contacto con ella, ella solo cerraba los ojos para sentir más intenso cada rose de nuestros cuerpos,nunca antes habíamos estado tanto tiempo cerca, juntamos nuestras piernas cubiertas por unos shorts y apenas nos tocabamos, me moví ahora con la escusa de que el sol me daba en la cara y luego se acorruco entre mis brazos, por un momento encontré incomodo que dejara su nariz en mi axila pero luego me tranquilice cuando aspiro en forma de suspiro, no se movió. Parecía disfrutar el olor que mi cuerpo expedía solo para ella. El sudor en su cuello parecía pequeñas gotas producidas en un vaso frío en el calor, olía a elixir, trate de disimular que mi nariz pasaba por ahí, pero era imposible. El momento de más tensión llego cuando mis labios rozaron parte de su brazo y su hombro, ella sintió aquellos mojados labios y se le puso la piel de gallina, yo solo pude congelarme en aquel momento, no sabia si la había incomodado, gustado o ni siquiera lo había sentido. Recosté mi cabeza ahora detrás de su espalda, un brazo alrededor de ella servia de almohada y el otro alrededor de su cintura. Cerré los ojos esperando a que se calmara la situación pues ambos estábamos tiesos, mi respiración estaba un poco agitada y mi mente pensando en otras cosas a tal grado que no sentí su mano hurgando en mis shorts, ella buscaba en mi entrepierna algo que por la misma exaltación de mi corazón había crecido súbitamente, ella movía la mano con desesperación y yo me di cuenta de sus movimientos cuando al fin cerro la mano, no podía creer lo que sucedía hasta que sentí un beso húmedo en mis labios, nunca antes nos habíamos besado, no al menos fuera de mi imaginación, y ahora solo podía encargarme de mover los labios y tratar de no correrme, por primera vez me sentí feliz, aquella mano empezaba a subir y bajar sobre mi short y mis manos empezaban a explorar epidermis nunca antes surcada por estos dedos que hasta hace unos minutos trataban de abrir un bote de mayonesa. De un breve y rápido movimiento desabroche su short y coloque mi mano bajo sus panties, su respiración se volvía lenta pero intensa. De la misma manera ella coloco su mano con uñas no tan largas bajo mi boxer, ambos iniciamos a darnos placer y nos seguíamos besando. Aquel parque fue testigo de nuestro primer encuentro sexual, prometimos solo ser amigos y que no sucedería de nuevo pero este tipo de actividades se llevarían acabo en varias secciones: en el coche, en mi casa y en muchos lugares que no vale la pena mencionarlos para no hacerte sentir incomodo. Descansamos bajo aquel árbol, su camisa desabrochada casi dejando salir un seno y mi bragueta dispuesta para el round number two. Más en la espera de aquel segundo ataque nos quedamos dormidos en los brazos del otro. Me levante y ella estaba dormida, roncaba. La posición era la primera que habíamos asumido y nuestras ropas estaban intactas, ningún seno apunto de salir de una camisa ni ninguna bragueta abierta,solo esta erección que chocaba ahora contra sus nalgas. Mi corazon latia desesperadamente llenando vasos sanguinios por doquier, Trate de ser lo mas sigiloso para zafarme pero no pude, solo sentí que su mano hurgaba en mi short justo despues de que ella cerrara su mano y lo apreto con deseo.

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