Turqouise marilyn

Turqouise marilyn

viernes, 19 de diciembre de 2008

Jose...


La brisa rebotaba y calentaba a este frío cuerpo, el agua que subía y bajaba pegaba en mis dedos y de nuevo la brisa mojaba mis pestañas, la arena entre mis ojos. Me lastima y no la intento quitar. El oleaje hace que mis pies se cubran de arena mojada y se hundan mas y mas, mis labios partidos por la falta de agua y la piel reseca por el agua salada, la arena esta por todo mi cuerpo, mis dedos tocaban la arena mojada que a veces burbujeaba, la arena que había formado una costra en mi cuero cabelludo empezaba a correr hacia mis orejas, un cangrejo que pasa y juega entre los bellos de mi pierna sube y camina por mi estomago, pasa por mi piel en llagada y por los pedazos de alga que posan sobre mi cuerpo , mi ropa interior esta llena de arena. Molesta. el agua que va y viene a veces me quita o me da mas comezón, es un juego de nunca acabar, los pájaros bajan y caminan alrededor mío, me picotean, no les gusta la carne, se alejan. Estando con mi cabeza contra la arena solo puedo recordar al delfín que venia persiguiendo, lo perdí. Mi cuerpo semidesnudo ahora sufría, recostado en la playa agonizaba. Recordaba como había estado con mi bella mujer hasta hace unos días, Isabel.
Su largo cabello que llegaba hasta la cadera, fuera de ser feo era hermoso.
Siempre me preguntaba como podía mantener tan hermoso tanto cabello viviendo cerca del mar, recordaba también las apasionadas noches que habían compartido unos días atrás, recordaba a su hijo, tenia la misma sonrisa de la madre, de oreja a oreja pero la nariz horrenda de su padre. Mientras vagaba en el mar no le hacia falta pensar en ella por que gracias a ella el se encontraba ahí, gracias a esos labios durazno y esa mirada coqueta.

¡Levántate señor!.... levántese… ¡Por favor! El niño exclamaba mientras me picaba con una rama de uva de mar seca –Levántate- solo lo escuchaba como a la bella Isabel que me decía el sábado por la mañana ¡levántate! ¡Levántate! ¡Que esta vez nos matan! El niño me seguía picando y yo como un trasnochado no me movía y no hacia ruido. La luz entraba a mi ojo como cuando los primeros rayos de sol entraban por la ventana que ahora se habían vuelto los dedos gordos y sucios del niño que abría mis parpados, la carnosa retina espanto al niño lo que lo hizo caer a la arena, para mi que esta bien dormido. Por mi barba ya bien crecida pasaba un cangrejo ermitaño, pata tras pata, uña tras uña después de besar mi barba –me encantas- Isabel repetía una y otra vez.

Ahora eran tres, las tres sombras estaban cubriendo a mi cuerpo sobre la arena, olía a pescado podrido pero no a nada que no hubieran olido antes –para mi que esta bien muerto- dijo la sombra masculina, tendré que ir por el Gordo y el Juan, la sombra femenina ponía una mano en sus ojos y otra en la del pequeño.

Cuando caí del puente que comunica la laguna y el mar solo pensaba en ella y en el pequeño, en como pudimos haber tenido una vida feliz, si tan solo me hubiera esforzado mas. En como pudieron ser la familia perfecta como muchas otras, si tan solo no se hubiera rendido, hubiera luchado mas, hubiera luchado contra la sociedad y contra las personas que lo atacaban, él ahora en el agua lo pensaba en retrospectiva, él solo pudo haberle ganado a todos juntos, si tan solo no hubiera saltado y caído veinticinco metros a esas rocas. Si tan solo hubiese luchado mas contra la vida y por lo que deseaba mas, en esa mujer de de largo cabello y en el niño que a su padre no se parecía en nada.

¡Carguen con fuerza! ¡Como si fuera yo mismo el que esta en peso muerto! El Gordo y Juan hicieron una cara de mayor esfuerzo y continuaron cargándolo por todo el camino de arena que llevaba hasta el pueblo a unos tres kilómetros. Ninguno de los tres pudo limpiarse las espinas de sus pies, que por no fijarse en el camino y por cargar al muerto ahora se les incrustaban paso a paso. La caída le había abierto la cabeza en las piedras y su panza sangraba mucho, la marea lo llevo a mar adentro, parecía que perseguía a un grupo de delfines nariz de botella, los persiguió durante un día y los otros seis ellos habían jugado con el, lo arrastraban y lo cargaban hasta que se aburrieron y lo dejaron cerca de una caleta, lentamente el oleaje se encargo de arrastrarlo hasta la orilla lleno de algas y arena. Llegaron a la primera cabaña del pueblo y la más cercana al mar, lo pusieron sobre la única mesa y la dueña no pudo mas que observarlo, la piel era tan transparente y arrugada como ninguna persona antes. Su horrible nariz le daba miedo pues no combinaba con sus finas facciones y anatomía. Lávelo mientras nosotros cavamos un hueco en las afueras de la arena y fuera de las cosechas, para el anochecer volveremos. Todas las noches se encontraba con Isabel y solo los viernes podía pasar todo el día con ella y con el niño. Ese niño debería llamarse como tú y no llamarse Agustín, a veces lo llamo por su nombre y me da ganas de llorar. Agustín. –si, pero esa decisión no fue mía sino tuya- ambos callaron por unos segundos –pues no tenia mas opción ¿o si?-

El cuerpo estaba reluciente, su ultimo baño parecía el mejor, solo quitándole la herida en la cabeza que mostraba su cráneo y la herida en la panza que de no ser que estaba verde, los puntos que Doña Inés la había colocado habría cicatrizado como cualquier operación del apéndice. La ropa que Julián le había traído le calzaba perfecta, parecía que estaba vivo aun, y mas que nada parecía que vivía en el pueblo. Era un sábado por la mañana, se me había pasado la hora de partida, el sol ya estaba arriba de todo el pueblo y el pequeño Agustín no pudo evitar gritar ¡Papa! ¡Papa! Cuando la puerta principal se abría, Isabel se paro rápido de la cama y despistada se vistió ¡levántate! ¡Levántate! ¡Que esta vez si nos matan! Y fue ahí cuando reviví. No había nadie en la cabaña, me encontraba vestido y bañado, un tanto con dolor de cabeza pero decidí huir y no esperar a que me fueran a enterrar, camine por el pueblo pues parecía un local gracias a la vestimenta, tome un burro de un corral y partí hacia mi pueblo, pueblo conocido por el puente de agua dulce y salada mas largo del mundo, al menos conocido de esta parte del mundo la cual todos parecen olvidar, tome el camino a casa pues jure vengarme de Agustín, ese señor que me saco a golpes de la que debería ser mi casa, me saco a golpes y con ayuda de sus amigos, el sol daba en nuestras frentes, uno no puede pelear así, con calor. Me arrastraron hasta el puente y yo tome un palo de madera, el cual me daría obvia ventaja –si lo sueltas será una pelea justa, uno contra uno- por ser honrado como siempre me han enseñado avente el palo por el puente. Me golpeo después de que yo le había colocado tres golpes en la nariz, me golpeo sin fuerza pero se detuvo a verme a los ojos, -esa horrible nariz, me da asco- su cara cambio en ese momento pues había comprendido lo que sucedía ¡esa horrible nariz se parece a la de mi estupido hijo! Yo sabia que la pelea era mía y aunque los otros dos se lanzaran contra mi yo podía noquearlos,-Agustín, piensa lo que haces- dijo uno de ellos mientras Agustín sacaba una navaja de su bolsillo, brillaba con gracia bajo el sol, era lo único que podía cortar la tensión pero mas que cortar la tensión corto mi tejido muscular, penetro mi estomago y luego salio. Entre los tres me cargaron hasta la orilla -ese niño debió llamarse como yo, y no Agustín, debió llamarse José- repetía una y otra vez mientras caía del puente hacia las rocas que abrirían mi cabeza y me matarían.

lunes, 15 de diciembre de 2008

La Luna....


Hoy jure ver mi reflejo en la luna. Jure ver a alguien que no era yo, lo vi mientras caminaba de salida, incluso se movía diferente, tanto que me percate y di un paso atrás para no quedarme con la duda pero no pude ver nada ahí, intente cerrar los ojos y nada.

Todos los días esperaba a llegar a mi casa o levantarme para verme en el espejo pero siempre había la misma fiel figura, cambiaba por la ropa y el lado contrario pero en ningún momento veía algo diferente.

Trataba de pasar por todos los espejos y cristales, los miraba esperando algo a cambio pero muy en el fondo yo sabia que solo mi luna me daría ese reflejo que yo buscaba, no otra ni la misma en otro lugar, sabia que tenia que ser en ese lugar y espejo, pero había algo que no funcionaba
¿la hora? ¿Los pensamientos?

Llego al punto en el que no podía pasar por mi espejo sin verlo, pensé que tal vez si no le daba importancia a lo mejor me mostraba lo que quería ver, pasaba sin mirarlo, en veces lo veía de reojo pero tratando de no pensar en el, al tratar de ignorarlo pensaba mas en el, sabiendo pero ignorando esto lo hacia hipócrita, tenia que hacerlo sin esfuerzo.

Fue así como pase el peor mes de mi vida, sin poder pensar en otra cosa me la pase sin poder imaginar su imagen, sus ojos que brillaban mas que los míos, unos labios gruesos y húmedos, sus manos mas grandes, su cabello mas manejable. Su mente monstruosa mostraba pensamientos puros y cerdos, pensamientos y cuentos ¡he descubierto el porque de mi obsesión! ¡su mente! Sus movimientos eran diferentes por eso mismo ¿su cuerpo habrá crecido diferente por su mente? ¿De que hablo? ¡Es solo mi reflejo!

Fue así como yo me di cuenta que viví bajo su sombra.

¡Que mierda! Yo ni siquiera quería imitar a alguien pero sin darme cuenta lo imitaba en mis pensamientos y en mis movimientos tal vez eso me acercaría mas a el, pero yo solo quería conocerlo y aprender de el.

El sonido de un coche me levanto pero mi mente me mantenía alerta, sin darme cuenta ya me había levantado y sentado en la cama, al parecer no solo fue el coche si no también fue un sueño, una pesadilla que me asechaba desde hace varios días. Me pare frente al espejo y la poca luz que daba mi reflejo me cautivo, me quede quieto frente a la luna...

Me encontraba frente a un bello paisaje, con pinos y montañas, animales y un río, me acerque al río en el cual sumergí los pies. Bajo esa agua podía ver mis pies y unas rocas. Los pececitos también, me agache para ver de cerca a estos y solo pude ver mi reflejo, mi reflejo se apoderaba de mi agua y aunque cubriera el sol con la mano no se quitaba el reflejo, después de muchos intentos el agua comenzó a subir en mi cuerpo.

¡Mierda! Mis manos sangraban y los pedazos de la luna se encontraban en mi mano ¿Por qué? Ni siquiera pude comprobar si era mi reflejo o una ilusión , era simplemente el o yo.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

El Fantasma...



El examen parece tan difícil, te sudan las manos y no confías en tus conocimientos, tu pluma se mueve con lentitud. Te pesa. ¡Mierda! No sabes el primer ejercicio, intentas saltarlo solo para darte cuenta que la segunda parte es de preguntas abiertas, siempre has odiado las preguntas abiertas. Esta vez ni siquiera intentas leerlas simplemente pasas al tercero: preguntas de opción múltiple, las lees con cautela, podría ser lo único que te salve, lees y relees la misma pregunta –a lo mejor es la más difícil del examen-. Pregunta 2. La lees y se lee difícil, sabes que esta fácil, lees las opciones pero ninguna esta correcta según tú, levantas tu mano temblando temerosa del maestro, le preguntas que si las opciones estaban bien, el maestro pone una cara de angustia por que de ser así tendría que avisar a todos los salones, las lee. Sigues su mirada que pasa por las letras una por una, las cuales puedes ver a contra luz –no, están bien- la hoja se asienta en tu mesa banco, sabes que reprobaras, entraste al examen con treinta puntos y con el cero en el examen no pasaras, por unos momentos dudas mas de tu capacidad y te preguntas si deberías copiar. Presentas tu extraordinario, no estudiaste. Presentas tu segunda oportunidad y sacaste veinte de cien. Presentas la tercera, pusiste todas tus energías para pasar y ahora a esperar. Pasan dos días y tú esperas el resultado sentado en una banca, piensas que tal vez debiste haber copiado desde el primer examen como todos los demás. Sabes que esta vez copiar te ayudo. Pegan la hoja de resultados. Te acercas, solo puedes ver la cara de decepción de las personas que presentaron junto a ti, observas la hoja, bajas lentamente. Pasas los nombres por orden de lista, lees uno: pendejo. Lees otro: no paso. Llegas a otro. Una esperanza: 61. De nuevo reprobaste. Repetirás el segundo de prepa, una y otra vez, esa materia no te dejara. Otro año pasa y tú no la pasas, así sucesivamente. Vez una generación tras la otra pasar por delante, no puedes hacer nada. Todos tus compañeros obtienen negocios y puestos importantes en cambio tú te vuelves el fantasma de la escuela pero con una diferencia: ¡estas vivo! Tus arrugas te delatan eres un anciano comparado con la carne fresca a tu lado, pasaste toda tu vida viviendo en la escuela, trabajabas de conserje y de vez en cuando suplirás a alguien de la cafetería, tú ropa esta en donde el de seguridad guarda su abrigo. Duermes en el salón. De tanto presentar el mismo examen por primera vez lo pasas, el año siguiente pasa en chinga, las materias son muy fáciles para tu madurez intelectual. La graduación, ni siquiera te presentas pues serias un anciano entre puro adolescente. Al fin sales, tus papeles en las manos, te habían becado por pena, tus padres han muerto, tus hermanos: no tienes, nunca te enamoraste y por lo tanto jamás tuviste hijos, no tienes casa ni carro, no tienes nada. Quieres estudiar la universidad pero estas muy viejo, ya no puedes. Caminas y caminas, encuentras un perrito, lo acaricias y lo adoptas, mas bien el te adopta, te lleva a su casa. Vives entre cartones, el perrito crece y tu no, tus sueños no evolucionan, mueres. No te entierran mas sin embargo los gusanos comen tus ojos, tus huesos se quedan en el callejón oscuro. El perro muerde tus huesos. ¡Ja! ¡Te engaño! Solo quería roer tus huesos.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Soledad



Vengo a visitarte amigo, esto es una visita indefinida. Estas fueron sus primeras palabras después de años de ausencia, -bienvenida- le dije con un poco de asombro, una amiga que frecuentaba demasiado ahora parecíamos unos extraños. Ella entro sin maletas y yo la deje entrar sin ninguna objeción, mi casa se encontraba vacía y yo se suponía saldría en media hora por mis tías que venían a pasar las vacaciones. Ella se sintió en casa pero yo le advertí, -no puedes quedarte al menos no mientras este la visita, si mi madre te ve ¡me mata! Ella sonrío y dijo –no te preocupes nadie tiene que verme- ella abrió el refrigerador y empezó a comer –sabes que te recibo pero no puedes dormir en mi cama, pues tendré visitas y no creo poder esconderte, pero tampoco te puedo regresar- ella volvió a sonreír y subió las escaleras tan campante como siempre, jamás había pisado mi casa pero se movía con tanta naturalidad como si yo mismo hubiese subido brincando las escaleras, se acostó en mi cama y cerro los ojos, -huele a ti, extrañaba este olor- yo me sonroje y camine en mi cuarto de un lado al otro y por unos segundos me perdí observando su bella figura mientras se asomaba por la puerta que daba a mi closet, es lo suficientemente grande para que yo y mi familia vivan aquí, tienes un gran lugar vacío, con ropa pero vacío. Las rejas de mi casa sonaban al abrirse, el silencio invadió el cuarto y toda la casa por unos segundos –¡tienes que esconderte, entre la ropa de mi madre!- escuche el viejo coche estacionarse en la cochera, el silencio se volvió a apoderarse del cuarto, las puertas se abrieron y se escucho el murmullo, luego las puertas cerrarse el mormullo se detuvo y después de un rato volvió. Eran muchas voces. Mas de las que se acostumbraba mi casa, sin duda mi madre traía a la visita que yo olvide, baje a recibirlas y a comer. Después de una hora fui a ver como se encontraba en el closet – te traje un poco de comer, al rato platicamos- cerré la puerta y baje. Para la noche mucha gente quería dormir unos en cuartos otros en la sala, mis primos en mi cuarto, en mi cama mi primo y yo. Cuando todos dormían yo fui al closet pero no vi nada –a simple vista pareciera que no estoy ¿verdad?- yo busque atrás de la ropa y la encontré, tal como la primera vez que la vi, inocente y bella, sorprendida pero ahora yo me preguntaba ¿habré sido yo el sorprendido? ¿Acaso era yo el inocente? Por mas que la viera ahora yo ya no era ese mismo joven, aquel que estaba siempre lleno de felicidad, la tome de la mano y nos escabullimos a la cocina, con la luz apagada cenamos o mas bien le di de comer lo que había sobrado de la cena y después platicamos en la sala siempre pendientes de ruidos y de personas que bajaran, mi primito se encontraba en esta pero jamás se levanto, que suerte.


para seguir leiendolo da click aqui:


http://confessionsofapig.blogspot.com/search?updated-max=2008-10-05T20%3A28%3A00-07%3A00&max-results=7

martes, 25 de noviembre de 2008

...musica?

Bella silueta en forma de corchea
sigo tu ritmo al pie del pentagrama
pongo mi mano alrededor de tu cintura
y con el arco toco la más bella melodía.

Beso y soplo en tus oídos
clave de sol en tu ombligo
dulce sax que me hace compañía
y en tu cintura tu mi mas dulce agonía.

Tambores que producen alegría!
en tu espalda un gran piano
en tu piel la novena sinfonía
moviendo un dedo entre cada costilla
sonatas se tocan en ti cada día.

Nuestra piel huele a la fricción del arco y del violín
y nuestros besos suenan a un Mi
busco en ti la nota como en la viola
Difícil pero tu crees en mi.

Sigo tus pasos contrabajo

que con mis dedos te desarmo
por la partitura pasas por de bajo
mas yo te escucho porque te amo.

miércoles, 29 de octubre de 2008

El Baile....

Mi madre empieza a cansarse de decirme que hacer, de decirme que consiga amigos y a decir vedad nunca le hice caso, ningún amigo me agrada y recientemente mi madre me presiona, para despistarla le dije que saldría con ellos a tomar un helado tal vez a caminar pero en realidad solo voy al zoológico, ahí puedo observar a los animales que observan a personas en jaulas , y cuando me detuve un voz muy peculiar me llamo, platicamos por horas y nos divertimos mucho ¡como nunca! Yo le prometí encontrarme con ella ahí al siguiente día, le dije a mi madre sin remordimientos que saldría con mis amigos, fui al zoológico y ahí me lo encontré en el mismo lugar, salte las rejas y nos pusimos a platicar, platicábamos de nuestras jóvenes vidas y sueños, la hiena me platico su historia familiar y después de un rato me tenia que retirar, me pregunto –¿porqué te vas? ¿acaso vas a regresar?- yo le conteste que mi madre me obligaría a ir a mi fiesta de graduación, ponerme un vestido y estar parado toda la noche, la hiena propuso un intercambio de lugar, -total nos parecemos-. A mi me pareció una idea fenomenal, la tome y ambas fuimos a mi casa, ahí buscábamos que ponerle, mi vestido le entro muy bien, ahora buscábamos unos guantes para ocultar sus peludas manos, pero había algo que no me complacía y eso era su cara, no nos parecíamos ¡todos se darían cuenta! Pero luego a la hiena se le dijo, ¿Por qué no llamas a una de tus criadas y la atacamos?, yo inmediatamente le llame a una de ellas, cuando abrió la puerta la llena se abalanzo ante ella y yo la agarre, sin darle tiempo de gritar le retiramos la cara, en eso escuchamos unos pasos que subían las escaleras, yo sabia que era mi madre. Cuando mi madre abrió la puerta la hiena apenas si pudo esconderse bajo la cama, mi madre dijo que mi cuarto apestaba a perro y yo solo pude abrir las ventanas, ella se fue y yo termine de arreglar a la hiena, una cara nueva, un vestido bello, sombrero que cubría un poco la cara, guantes y zapatos nuevos, le dije que se cuidara de las demás personas y que no estuviera mucho tiempo con mi mama, cuando bajo las escaleras mi madre la elogio pensando que era yo y también le dijo que olía un tanto raro, pero a la hiena no le importo, y así partió para el baile , mientras tanto yo me quede, me quede a ser feliz sin las multitudes adolescentes y pude hacer lo que mas me gusta, leer, leí hasta cansarme, leí
de todo y la hiena no regresaba. La hiena estaba con unas niñas, platicaba y se portaba de brillante manera, bailaba con todo muchacho y bebía, bebía demasiado. Para el final de la noche la hiena se sentía muy cómoda, tan cómoda que decidió comerse a la persona que le había acompañado toda la noche, tras las gradas de las canchas esta se lo comió y otra pareja se dio cuenta, comenzaron a gritar y la hiena solo pudo correr, corrió hasta la casa, mi casa, toco y subió a mi cuarto, yo salí del baño y me sorprendió, me ataco hasta quitarme la cara, yo llorando baje. Una multitud rodeaba mi casa y todos ellos me agarraron, gritaban -¡es una hiena!- y yo no lo pude negar, no la quise traicionar.
Me encontraba en el zoológico en la jaula de las hienas, cuando una triste niñita se acerco para observarme, -ven ¿Por qué tan sola? ¿Quieres platicar?- la niñita me platico su triste vida y yo solo pude escuchar, ¿no quieres ir a mi casa? Mi mama quiere conocer a mis amigas- Yo solo me reí, me reí tanto, me reía como una hiena, ella salto la reja y me cargo.

viernes, 17 de octubre de 2008

....no title

Todos los días camino, camino sin cesar
todos los días admiro, y veo la belleza pasar
en cualquier parte busco una luz de grandeza
una luz negra que me quite mi tristeza
Soy de los hombres que observa
observo la gente pasar en mi vida
pero nadie me anima, ni siquiera la gente que todos amamos
busco unos labios que me coman
encuentro una nariz preciosa y una mirada que destroza
busco en todas las caras por mas que no me agraden
solo busco una mirada que me ame
Camino todos los días solo, sin nadie que me agarre
encuentro una mirada en un espejo
unos grandes ojos sin reflejo
busco el amor entre mis versos
mas lo encuentro entre mis brazos
la gente piensa que camino
no camino, mas observo
y a pesar de todo voy en retroceso.

domingo, 12 de octubre de 2008

Cazador de Ideas

Soy una persona que siempre esta en búsqueda de mi presa
me pongo mis botas, mi abrigo y salgo en la búsqueda
camino horas entre la selva muy densa
la veo y la persigo pero solo la silueta se queda.

Siempre ando en búsqueda de un rastro
pero no cargo un arma
te busco a ti en el ocaso
y ni siquiera encuentro tu alma.

Corro en la banqueta por ratos
me detengo a pensar un poco
y me pongo a cazar
no mato insectos ni gatos
Ni siquiera un pobre animal.

Me siento en un parque a pensar

cazando ideas que quiero apuntar
las tomo por los pies, en mi mente las he de guardar
por mas que intente son ideas que pronto he de olvidar.

Poesías se forman a cada rato en mi mente

yo solo atrapo las palabras que flotan libremente
tu eres los brazos de mi mente
que se extienden y las abrazan fuertemente.

Cazador de ideas
inútil en la sociedad
aunque no lo creas
siempre estoy en soledad.

viernes, 10 de octubre de 2008

Le Mat Revolver

La gente se apresuraba para ver la novedad del pueblo, habían sido varios años atrás cuando una novedad así les había cambiado su manera de vivir. Años atrás cuando los padres eran hijos y los abuelos padres, un forastero les había traído la rueda, la cual dejo estupefacto a todo hombre en el pueblo, los años pasaron y ningún otro forastero se atrevió a llegar hasta el pueblo, tal vez porque en los mapas no se encontraba, ni había un camino para llegar a este, la gente evoluciono. En sus carretas podían transportar mas cosas y después de todo pudieron inventar mas cosas relacionadas con la rueda. Todo había mejorado pero aun así nuestros abuelos seguían sufriendo de lo mismo que sus abuelos y que nosotros y no solo era el maltrato por los pueblos de afuera, ni la llegada de un nuevo niño perdido, que mas que un sufrimiento era una bendición, pues ellos y todo aquel que cumplía las características para vivir en el pueblo no podía reproducirse y si alguien de afuera se enteraba, el padre y la madre junto con la vida del feto serian sacrificadas, eran de las pocas condiciones que les pedían a los ancianos para que pudiéramos vivir. Según las leyes del pueblo cada vez que llegaba un niño perdido tenían que encontrarle una familia, le tocaban los padres que menos se parecieran a el y los padres no podían decir nada, unos tenían una docena de hijos y otros apenas con uno o tal vez ninguno. Nadie se preocupaba pues su división de labores era bien organizada y nadie sufría de hambre ni de alguna necesidad básica. Pero para seguir con lo que decía tengo que aclarar que es lo que nosotros sufrimos. Al igual que nuestros ancianos no podíamos salir de noche, no por que nuestro alumbrado publico a base de gas no funcionase sino que teníamos miedo. Miedo de los animales que asechan, miedo a la gente que no tiene cultura ni tecnología, a esos forajidos y también miedo a los hombres del futuro, bueno a los hombres con conocimiento. El mayor peligro al salir de noche era que un animal nos ataque, así fue como perdí a mi hermano recién llegado, se lo comieron y solo encontramos su cabeza de 7 años rasguñada de arriba abajo y ya ni te digo lo que paso a mi cuñado y a mi hermana, los que no tienen tecnología se los llevaron para un sacrificio, nos los dejaron al día siguiente en el centro sin corazón y sin sangre, nosotros sin defendernos y ellos que viven en completa armonía.

Un caballo se acercaba a lo lejos por la parte sur del pueblo la cual colinda con el desierto, se podía observar la figura de un burro pero mas grande (que mas adelante nos enteraríamos que se llama caballo) cargaba a alguien, una persona alta de ojos verdes y de cabello pelirrojo, en el pueblo todos empezaron a hablar y con ánimos lo recibieron como si fuera el Papa Noel que jamás los visito, llenos de sueños. Si no todo el pueblo la mayoría estaba ahí, excluyendo a los viejos porque no podían caminar, camino entre la gente hasta llegar al centro del pueblo y pregunto -¿en que pueblo me encuentro? Ya que no vi ningún letrero de camino aquí- todos se callaron, nadie quería contestar por temor al miedo –entonces, ¿Dónde puedo obtener una buena siesta y una buena y caliente comida?-. Un hombre grande con voz de grave contesto –te encuentras en Lefty y en mi casa puedes descansar y comer gratis- el hombre se dio media vuelta y aun viéndolo se dirigió a su casa, el hombre a caballo lo siguió –tu mula la puedes poner en el establo junto a las mías y después puedes venir a comer- le indico el dueño de la casa –caballo, señor. Se llama caballo- con una cara de ofensa le respondió después de un breve silencio – yo no pregunte el nombre de tu mula solo te dije que la llevases al establo y que le des de comer- el hombre desconcertado se dirigió al establo sin pronunciar una palabra mas, regreso en unos minutos para comer, la mesa estaba puesta. La cuchara y el cuchillo del lado izquierdo y el tenedor del lado derecho, el vaso lleno de agua se encontraba arriba de la cuchara, al sentarse todos se tomaron de la mano e hicieron una fría oración. Al finalizar tomo la cuchara para devorarse la sopa y no pudo evitar cambiar de mano este utensilio. Se devoro la sopa, el señor junto con su mujer y sus dos hijos –uno negro y otro amarillo-lo observaron con asombro, jamás habían visto a alguien como el y estaban seguros que no lo volverían a presenciar. Terminada la sopa tomo el cuchillo pero no pudo -otra vez- evitar cruzar la mano derecha al otro extremo por el cuchillo y luego cruzar la izquierda por el tenedor. Termino su comida y se disculpo de la mesa, todos atónitos por su habilidad y naturalidad no contestaron y dejaron que se fuera y saliera a caminar por el pueblo. Aquí es donde entro yo, me encontraba en el parque principal enfrente de la iglesia cuando lo vi por segunda vez, emocionado corrí hacia él pero mis otros amigos hicieron lo mismo lo cual me quito originalidad. Me pare enfrente de el y extendí mi mano al mismo tiempo que pronunciaba las palabras -¡mucho gusto!- por instinto extendió su mano y luego ambos cambiamos de mano y de nuevo con una risa en la cara el mantuvo su mano en el aire mientras yo encontraba la adecuada -¡mucho gusto!- contesto con un tono de alegría, mis amigos hicieron lo mismo pero cuidando su manera de saludar. Empezamos a platicar de su vida y de los otros pueblos y ciudades, de su esposa y de su hija. Así pasaron unas cuantas horas y justo antes de que el sol se ocultase las campanas resonaron una y dos, tres y cuatro, cinco y seis. Después de la sexta campanada el padre grito -¡a sus casas! ¡Todos a sus casas!- el hombre no entendía que era lo que pasaba y nosotros no teníamos el tiempo de explicarle, solo podíamos correr hasta nuestras casas sin ninguna escala. Y ahí lo dejamos, en medio del parque solo y sin información, podía conocer mas cosas que nosotros pero en ese momento no le servían de nada ¡corre! Le grite antes de llegar a mi casa, no se si me haya escuchado pero lo grite con todas mis fuerzas ¡corre! ¡corre niño estupido! ¡corre!

El silencio abrazo al pueblo y sus casas, se escuchaban los jadeos de los animales que pasaban por enfrente de mi puerta, mis padres tenían cara de susto, yo no podía pensar mas que en el pobre forastero que lo habíamos abandonado a su suerte. Mi sopa se enfriaba y no podía comerla, sentir esos pasos fuera de la puerta me perturbaba, haber dicho ¡corre! No me reconfortaba en nada. El silencio acompañaba a la luna y las cuatro patas del animal se escuchaban cuando pisaba y buscaba a su victima. Se escucharon unos gritos intentando ahuyentarlo, fue inútil. El gruñido del animal fue de ataque, por un segundo todo el pueblo dejo de cenar e imagino lo peor, con la cara perdida se miraron mis padres el uno al otro. Luego se escucho un sonido, un sonido jamás escuchado por mis oídos o el de nadie, un sonido tan fuerte que pudo haber levantado al mar o al sol, luego un gemido. Otro sonido idéntico al pasado y el gemido seso, las campanas sonaron de nuevo- cosa rara después de la caída del sol ya que no sonaban hasta el día siguiente- una y dos, tres y cuatro, nueve y diez, trece y catorce. Todo el pueblo salio de sus casas con temor, las campanas seguían sonando, -hermanos miren eso, señalando al forastero, lo que el hombre hizo- y justo antes sus pies un ensangrentado animal del tamaño de un búfalo y de colmillos como un león, en su mano un revolver, que todavía sacaba humo de la pólvora. El pueblo se reunió para festejar la muerte y a su salvador, la primera fiesta de noche que los abuelos podían festejar desde que habían nacido. Los excesos no faltaron como en toda fiesta pero el exceso de miedo no estaba por suerte, fue esa misma noche que el forastero que creo se llamaba John dejo apalabrada su revolver después de un juego de naipes, la dejo apalabrada al pueblo mismo –hoy les puedo prometer que aunque mañana yo me vaya esta pistola se queda a defenderlos y con suficientes balas para disparar dos años seguidos una bala por día- fue a el cuarto donde se hospedaba y trajo una caja amarrada –traigan un cuchillo para abrir esta pendejada- después de un rato le traje unas tijeras con cara de felicidad ya que era mejor de lo que había pedido, no podía agarrar bien las tijeras que le lastimaban los dedos y termino por dármela, yo sin dificultad las tome y corte la cuerda que lo amarraba, era una caja llena de municiones para la pistola –lo que les prometí- y siguió tomando alcohol hasta las cuatro de la mañana que se paro a su “casa” y no pudo entrar por que no encontró la perilla de la puerta. Se dirigió a la iglesia y le paso lo mismo, durmió afuera de la puerta lateral de la iglesia.

La iglesia no tenia función como tal pues nadie iba a ella a orar o a tomar misa, el único que creía en ella era el mismo padre pero por que el era el encargado de los del futuro para supervisar a los del pueblo y gobernar. El “padre” solo era un titulo para la gente pues ellos daban gracias de no tener religión y lo único que les pedían los hombres del “futuro” era que dieran las gracias antes de comer y que obedecieran al padre.
Fuera de la casa y la ropa, todo era de todos incluyendo esta nueva adquisición, nadie era celoso, así que el padre se tuvo que poner de acuerdo en dejar el revolver en el centro del parque bajo el techo del quisco. Nadie pudo alegar diferente porque nadie lo deseaba diferente, su método de llegar a un acuerdo siempre era muy eficaz y rápido, pues siempre buscaban el bien común antes que el personal, nadie tenia mas voz ni voto puesto que nadie tenia mas dinero ni estatus social ni siquiera un arma. El arma y las balas se quedarían en el centro después de la partida del forastero y en todo caso se le asignaría una noche a cada padre de familia para que haga guardia de los peligros de la noche. Claro estaba que no podía tomarse sin razón alguna y mucho menos dispararse, amenos que fueras el guardia o el padre.

Los días después de la partida del forastero fueron muy felices pues ya no tenían miedo y el día les rendía más con el uso de la noche. El segundo día de la guardia una bestia se acerco al pueblo, todos corrieron al lugar mas cercano y el guardia de un tiro le voló la cabeza, todos admirados por el poder y el sonido festejaron de nuevo, el único tema del que hablaban era del revolver. La tercera noche le tomo dos disparos al nuevo tirador para aniquilar a otra bestia. Fue cuestión de una semana para que los animales no se acercaran o mas bien se extinguieran por completo, los hombres sin conocimiento solo les tomo un encuentro y dos muertos para darse cuenta que habían perdido la guerra. Todo marcho como debería en un pueblo, los bares cerraban hasta tarde y los restaurantes también, los dedos de los tiradores se estaban mejorando, pues se habían lastimado ya que sabían que esa arma fue hecha para ninguno del pueblo y menos para ninguno de ellos. Un mesa paso sin que se usase de el revolver de nuevo, las cinco balas en su posición no traía paz a todos pues cada quien quería sentir el poder del revolver que solo siente pudieron sentir. Todos esperaban a ser guardias y que en su guardia llegasen los intrusos solo para dispararles y volarle los sesos en mil pedazos, todos incluso el padre que lo negaba con gran devoción. Por las noches mientras todos dormían y el cuidador dormía en la iglesia el padre tomaba el revolver. Lo miraba muy fijamente con el reflejo de la luna en el metal la observaba fascinado.


Fue un día que la tensión se rompió pues el guardia de la noche pasada juro haber visto a un animal igualito a los que habían matado hace un mes. Basto esas palabras para que todo el pueblo quisiera ser velador esa noche. Por el día el arma dormirá en el quisco y fue ahí donde empezaron a pelear dos de los mejores especimenes del pueblo, inteligentes y razonables sin dejar afuera el buen físico, perdieron la cordura, se peleaban enfrente del quisco sin nada de publico y fue en su ultimo respiro antes de morir que tomo el revolver y con su dedo mal acomodado apunto al estomago y le pego, la cabeza voló en mil pedazos, su entre pierna quedo destrozada y a los pocos minutos quedo murió desangrado. Ambos murieron y nadie dijo nada. Pronto las familias de sus respectivos querían vengarse a toda costa. Por el día mientras el arma dormía era fácil tomarla, y así lo hicieron una familia contra la otra, cada día era una muerte entre esas dos familias, el culpable era fácil de hallar pues el que tuviera la mano lastimada e hinchada al día siguiente era el que había jalado el gatillo.

Nadie podía dar un tiro acertado puesto que nadie podía tomar el revolver como debía de ser, el gatillo y la agarradera eran hechos para personas fuera de ese pueblo, ese pueblo muy peculiar donde vivía puro rechazado donde apenas se detectara uno era enviado al pueblo como un niño perdido, niños de todo el mundo llegaban, chinos, africanos, americanos, europeos, australianos y de los continentes que aun no se han descubierto, todos paraban ahí por la misma razón. Nadie podía dar un tiro acertado pero todos morían desangrados o de infección por el balazo. En el día todos pasaban por el quisco esperando la oportunidad pero de noche, ahora era cuando el nuevo cazador, nuestra nueva bestia acechaba, tomaba el revolver y disparaba en medio de los ojos, empezó por las familias en disputa hasta que no quedo nadie de las dos familias y todos se preguntaban quien habrá matado al ultimo de la cadena pues nadie tenia las manos marcadas, el revolver se puso bajo llave en la iglesia donde debería ir el cuerpo del señor y los días siguientes solo fueron peores porque todos asistían a misa incluyéndome, sin orar ni a escuchar la santa misa, solo asistían y se retiraban a deshoras, antes, durantes y después de las tres misas. Algo tan sorprendente pues jamás la gente del pueblo había entrado por placer.

Las noches siguientes solo estuvieron llenas de lagrimas y de sospechas pues otra persona murió. Culparon a los ayudantes y sirvientes del padre e incluso hasta a el padre mismo, pero nadie tenia pruebas de nada, era un caso sin salida, ningún día aprecia una mano hinchada pero siempre aparecía un cadáver intentando escapar y con un hueco entre los ojos, el disparo se escuchaba pero el arma siempre estaba en la iglesia cuando se le buscaba. Así fue desapareciendo gente, familias y cuadras completas. Por las noches se escuchaba un disparo y nada mas, la gente no dormía y por eso mismo y por el cansancio las mataban, asistían a las tres misas y aun así amanecían muertos. Yo por mi parte decidí huir de todo eso, los disparos me daban un dolor de cabeza y ver a los cuerpos me revolvía el estomago, no lo soportaba tenia que dejar a todos morirse, tenia que ser el único que se escapase aunque muriese en el camino, pues nadie en los demás pueblos dejaba viva a la gente adulta como nosotros, los mataban, les quitaban el ojo izquierdo y les cortaban la lengua.

Los muertos ya llevaban la mitad del pueblo, llegaron a matar dentro de la misma iglesia, los ayudantes murieron uno por uno, el tiro entre los ojos era un ritual, cuando mataron al ultimo de los ayudantes dejaron una nota: -Para limpiar este sucio pueblo.- En los días siguientes hubo tranquilidad, ningún muerto hasta que la hija de un campesino amaneció sin ojo y con la lengua cortada, el hueco entre los ojos fue hecho no para matarla sino para dejar claro que era la misma persona, se volvieron a establecer las guardias con diferentes veladores, pero aun así siempre amanecía alguien con los ojos cruzados, amanecía y todos lloraban, uno tras uno fueron cayendo hasta que quedaron cinco personas en el pueblo: el arriero, el carpintero, una ama de casa, el padrecito y yo. Todos dormíamos en la iglesia pero en habitaciones diferentes bajo llave. Jamás olvidare como encontré al Juan con clavos en todo su cuerpo y el tiro de gracia entre sus dos ojos azules. La noche siguiente tras haber encontrado al carpintero Verónica entro a mi cuarto el cual descuidadamente había dejado sin llave, yo pensé que era el asesino y que al fin sabría quien era el culpable pero no fue así, me la tire, sin poder concentrarme en nada de lo que pasaba me la tire. Se ahorco en su cuarto por la mañana, prefirió matarse a que la mataran entonces ese mismo día fue cuando decidí retirarme para que no me matasen. Tome mis pocas cosas y me largué, dejando a los cadáveres que una vez ame bajo tierra y a esos dos hombres a que murieron, pues yo sabia que seria el único que no moriría.

Era la ultima noche para uno de los dos y ambos lo sabían pero no sabían para quien, a las 3 A.m. la llave dio vuelta y se escucho como el revolver cortaba el aire, el habito negro contrastaba con el revolver brillante con la luna, Miguel el arriero se dio cuenta y forcejearon, el arma se disparo y le dio en el estomago a Miguel ambos cayeron al suelo, Miguel intentaba agarrar el revolver, con su mano derecha se tocaba el estomago y con la hábil mano izquierda se estiraba para cogerlo, el padre que no estaba lastimado la tomo enseguida, le apunto con la mano temblorosa y Miguel dijo con palabras cansadas y de enojo casi con rabia –¡dispárame hijo de puta! ¡Dispárame! ¡Dispárame entre los ojos para que sea el ultimo de tu juego!- pero no fue necesario disparar pues ya había muerto, el padre se sentó y miro el revolver, un bello modelo y reluciente, no se la podía acomodar pero la logro meter en su boca, después de intentar rezar una ultima oración, con el revolver entre sus labios y sus dientes la apretaban con fuerza. Jalo el gatillo. Sus sesos volaron en el altar. El Le Mat revolver cayo junto con la mano izquierda que la sostenía con dificultad, la mano se hinchó y dejo deslizar el revolver entre sus piernas.

Yo por otro lado fui el único que me salve, deje a los cadáveres bajo tierra y deje a los demás que se mataran, tal vez y pueda ser el único que pueda escapar y sobrevivir fuera de ese pueblo pues yo soy especial, soy diferente. No pertenezco ni a ellos ni a los otros pues yo soy de los dos, pero ellos no entenderían. Yo se que me las ingeniare para vivir afuera. Llegué al pueblo mas cercano y llegué en burro, la gente se emocionaba por ver a un burro, creo que jamás habían visto uno, me detuve en el centro del pueblo y pregunte - ¿en que pueblo me encuentro? Ya que no vi ningún letrero de camino aquí- todos callaron, nadie quería contestar por temor al miedo –entonces ¿Dónde puedo obtener una buena siesta y una buena y caliente comida?- un hombre alzo la voz – en mi casa te puedes quedar- estire mi mano derecha y dije –mucho gusto- el señor estiro su mano derecha y me apretó la mano. –Puedes poner a tu camellito en el corral y luego vienes a comer- yo para recalcar su ignorancia le dije –burro señor, se llama burro- el señor con cara ofendida me contesto – no pregunte como se llamaba tu camello, solo dije que lo podías llevar al corral- yo sonreí ya que para un ambidiestro la vida es mucho mas fácil.





miércoles, 8 de octubre de 2008

poema del mar

Tus ojos son como un cardumen de peces cambiando de dirección contra el sol,brillantes como el espejo que refleja en el mar.

Tu respirar como el cambio de mareas, los peces nadan contra ella.
Por las noches tus ojos se cierran pero tu mente se abre,
se abre como los corales por la noche, alimentándose y esperando el movimiento.
Tus ojos son como la agresividad de los hipocampos, luchando por su territorio.
Luchan como los delfines en las olas, luchan y se divierten
Delfines que nadan junto a mí y buscan explorarme.

Pero que puedo esperar de unos ojos como el desierto llamado mar?
acaso el azul caribe refleja la falta de vida del mal?
yo solo veo el azul pero observo la vida sin el mar.
Diferentes colores y especies, falta de vida?
pero que seria del hombre sin el mar? Sin el agua nada mas?
Peces que nadan en tus ojos que quiero atrapar
peces que vuelan en mi soledad
tiburones que me devoran pero no se comen mi ansiedad.
Olas que se desvanecen en la arena sin probar mis labios
olas que me trago y solo siento la arena
mis dedos en la orilla son tragados por la arena y no por el mar.
Quisiera meterme pero no se nadar.
Tu! Sirena, con esos labios me ayudarías a respirar?
si no seria como atrapar a las estrellas bajo el mar
algo tan natural.

domingo, 5 de octubre de 2008

After Control

A veces cambio demasiado rápido
Cambia mi ropa, hasta mi letra
Cambia mi forma de pensar y de escribir.
Cambio para bien, cambio para el bien de todos
Soy alguien diferente todos los días
Incluso hasta cuando duermo.

Cuando duermo es cuando mas cambio
Cambio y no me doy cuenta, el cambio va en una maleta.
Cambio todos los días como una mariposa.
Gusano, capullo y mariposa y de nuevo se me caen las alas, cambio a diario mas sin embargo cambio y no me doy cuenta, a veces puedo entrar en razón y con un controlador obtengo el control, muchas veces pasan días y no se ni donde estoy.

Cambio todos los días y no estas tú
Cambio sin ninguna dirección pero camino sin perturbación
Mariposa, capullo y oruga, intento regresar a las bases
Pero el pasado es mi presente y alcanzara mi futuro
Las bases son mi presente, presente que continua avanzando hacia las bases.

Cambio todos los días por pequeñas o inmensas diferencias
Me moldeo como al cabello, siempre intento estar a la moda
Adapto ideas y corto las viejas, las corto en buen sentido de la estética
Las corto aunque a veces no sean de las mejores formas.

Union...

Poder ser metales ¿qué mas pediría? poder ser un metal y me pongan al fuego, y junto a mi el metal mas precioso y codiciado, el oro. poder fundirnos al son de las brazas, arder bajo el mismo fuego, sentir como mis brazos de metal se deshacen para hacerme liquido, sentir como rozo el metal llamado "oro", poder mezclarme con el metal precioso y formar uno solo, que su color dorado se apodere de mi opaco color y aunque corrompa y baje su valor, ¡poder ser unos mismo! nuestros colores entrelazados y bajo el mismo calor, luego repentinamente ser vertidos en un molde y sumergidos bajo la fría y refrescante agua, solo así podríamos formar la gran y dura alianza de metales.

viernes, 15 de agosto de 2008

Soledad...



Vengo a visitarte amigo, esto es una visita indefinida. Estas fueron sus primeras palabras después de años de ausencia, bienvenida- le dije con un poco de asombro, una amiga que frecuentaba demasiado ahora parecíamos unos extraños. Ella entro sin maletas y yo la deje entrar sin ninguna objeción, mi casa se encontraba vacía y yo se suponía saldría en media hora por mis tías que venían a pasar las vacaciones. Ella se sintió en casa pero yo le advertí, -no puedes quedarte al menos no mientras este la visita, si mi madre te ve ¡me mata! Ella sonrío y dijo –no te preocupes nadie tiene que verme- ella abrió el refrigerador y empezó a comer –sabes que te recibo pero no puedes dormir en mi cama, pues tendré visitas y no creo poder esconderte, pero tampoco te puedo regresar- ella volvió a sonreír y subió las escaleras tan campante como siempre, jamás había pisado mi casa pero se movía con tanta naturalidad como si yo mismo hubiese subido brincando las escaleras, se acostó en mi cama y cerro los ojos, -huele a ti, extrañaba este olor- yo me sonroje y camine en mi cuarto de un lado al otro y por unos segundos me perdí observando su bella figura mientras se asomaba por la puerta que daba a mi closet, es lo suficientemente grande para que yo y mi familia vivan aquí, tienes un gran lugar vacío, con ropa pero vacío. Las rejas de mi casa sonaban al abrirse, el silencio invadió el cuarto y toda la casa por unos segundos –¡tienes que esconderte, entre la ropa de mi madre!- escuche el viejo coche estacionarse en la cochera, el silencio se volvió a apoderarse del cuarto, las puertas se abrieron y se escucho el murmullo, luego las puertas cerrarse el mormullo se detuvo y después de un rato volvió. Eran muchas voces. Mas de las que se acostumbraba mi casa, sin duda mi madre traía a la visita que yo olvide, baje a recibirlas y a comer. Después de una hora fui a ver como se encontraba en el closet – te traje un poco de comer, al rato platicamos- cerré la puerta y baje. Para la noche mucha gente quería dormir unos en cuartos otros en la sala, mis primos en mi cuarto, en mi cama mi primo y yo. Cuando todos dormían yo fui al closet pero no vi nada –a simple vista pareciera que no estoy ¿verdad?- yo busque atrás de la ropa y la encontré, tal como la primera vez que la vi, inocente y bella, sorprendida pero ahora yo me preguntaba ¿habré sido yo el sorprendido? ¿Acaso era yo el inocente? Por mas que la viera ahora yo ya no era ese mismo joven, aquel que estaba siempre lleno de felicidad, la tome de la mano y nos escabullimos a la cocina, con la luz apagada cenamos o mas bien le di de comer lo que había sobrado de la cena y después platicamos en la sala siempre pendientes de ruidos y de personas que bajaran, mi primito se encontraba en esta pero jamás se levanto, que suerte.

Día 2

Me levante y los primero que intente hacer fue ir al closet, pero primero decidí lavarme los dientes, abrí la puerta y busque entre la ropa, mi estupidez era tan grande que olvide darle una cobija o algo para taparse, por suerte había cogido varias playeras y se había acurrucado, su delicado cuerpo y tenebrosa mente se encontraban bajo una serie de camisas y playeras. Se levanto por mi sola presencia, se cubrió el cuerpo con mi ropa como si hubiese estado desnuda, pero su ropa aun estaba pegada a su piel, -pásame la playera roja- ella sin estar conciente me paso la azul y se tiro otra vez sobre la demás ropa, yo ni lo note. Salí del cuarto pensando en que iba a desayunar y esperar a que no la descubriesen. El ultimo día de clases y yo no podía mas que pensar en ella, mi playera ya no era mía, olía a ella, olía como la primera vez que olí una rosa, sobre su cama ¿acaso ese olor me distraería? Todo el día solo pude recordarla ¡maldita memoria del olfato! La odio solo puedo recordar su desnuda piel y yo me encuentro en este salón rodeado de cerdos sin poder tocarla ni siquiera saber que es lo que siente, por unos momentos sentí esa soledad que hace mucho no sentía, una soledad espacial, una soledad mental.
Cuando llegué a mi casa lo primero que hice fue cambiarme como de costumbre, entre al closet y me desvestí, sabiendo pero ignorando que ella podía verme me desnude total, sentía una mirada pero sabia que ella no me miraba, cuando termine de cambiarme escuche su voz diciendo -¿ya llegaste?- yo no conteste y solo la busque atrás de la ropa “si” ella sonrió –vale la pena esperar tanto para verte- me quede un segundo observándola y me sente junto a ella, una pregunta aterrorizaba mi mente ¿Por qué había venido sin anunciarse? En este momento en el que me sentía tan feliz tuvo que entrar ella de nuevo, pero no le preguntaría eso sino simplemente la ingeriría y lo tomaría como algo normal.

Día 3

Mi primer día sin clases y a decir verdad ya me había hartado de tenerla ahí, de no poder verla cuando quisiera y de no mostrarla, estaban decidido, después de las tres comidas la sacaría. Quiero escapar. La llevaría a un lugar lejos de la casa, para que al final tuviese que regresarla a lo mas refinado y oscuro de mi casa, su jaula. Para las once de la noche todos dormían, fui por ella y salimos, tome el coche y nos dirigimos a mi lugar actual favorito, en el camino no pudimos intercambiar mas que sonrisas coquetas y alguna que otra mirada, cuando llegamos a la playa se veía muy hermosa y vacía, la luna dejaba un camino de luz que llevaba a otros mundos, con una sabana nos sentamos en la arena y la manta nos cubría del frío, mientras platicábamos yo solo recordaba porque este lugar era su favorito, simplemente porque le recordaba a su verdadero lugar, el lugar donde nació, el lugar donde se enamoro y el lugar donde la beso, simplemente no sabia porque la había llevado a este lugar, pero al final de la noche el no sabia como sentirse, podía oler su cuerpo en el aire que soplaba, el sentía que con ella era el único momento donde no sentía soledad no sentía tristeza. Ella por su parte me veía de una forma diferente, veía mis labios y mordía los suyos, veía mis ojos y cerraba su mirada, se acerco a mi y solo podía ver el reflejo de sus ojos, los míos. En el camino de regreso ambos nos sentíamos bajo el silencio incomodo, uno por haber intentado besar y otro por rechazar, no porque no quería sino porque no pudo.

Día 4

Creo que esto de no ir a la escuela me esta gustando pero sin duda no me gusta amanecer con la cara de un hombre a mi lado, mi maldito primo estará aquí todas las vacaciones, trate de no despertarlo y me fui a mi closet de nuevo estaba atrás y entre mi ropa, creo que inconcientemente no le daba cobertor para que usase mi ropa, la levante y me miro ¿no tienes libros que me prestes? Suele ser algo aburrido aquí, yo sin decir una palabra salí fui a mi librero y tome mis favoritos, regrese y se los entregue.

Día 6

Entre al closet y no la encontré, me asuste ¡Claro que si! No sabia donde buscarla, Salí y busque en todos los cuartos, debajo de las camas y en los baños y nada, no la encontré ¿acaso se fue sin avisar?
En la noche mientras dormía escuche algo en el closet, me asome y estaba la escalera abierta, mire hacia arriba y entre los blancos ahí estaba, acurrucada y su cara me pareció de lo mas tierna y mas hermosa, el sueño le daba una belleza que no se puede obtener jamás, solo si duermes. Abrió los ojos y se paro. Cerré la puerta y me fui a dormir.

Ahora entiendo a los niños que le temen al monstruo del closet, ahora entiendo todo, el saber que algo terrífico te espera ahí dentro, no sabes si bueno o malo pero te espera, por el otro lado el monstruo te espera pero nadie piensa que sea tan temeroso ¿tendrá el miedo? ¿Se sentirá triste?
Como un niño evito pararme en la noche para orinar, evito escuchar lo que la noche me puede brindar.

Día 7

No pude dormir y no pude orinar el miedo me mantenía en mi cama junto a mi primo, hasta la fecha no se como nadie lo ha sospechado. Lo importante de esta fecha no fueron los pensamientos ni las acciones sino las dos en breves momentos. Entre al closet y ella bajo las escaleras –seguía durmiendo haya arriba- bajo y me beso con tanta naturalidad e indeferencia de los labios, yo contrabajos pude dar una reacción retardada de un beso y le dije –hoy es domingo todos están en misa- ella salio corriendo del closet y bajo a desayunar, luego subió para ponerse un bello bikini y se metió a la alberca –tenemos cuatro horas de soledad compartida- durante ese tiempo estuvimos en la alberca, fue inevitable que nuestros cuerpos rozaran, por cada roce mi piel y la de ella se estremecían, mis sentidos se agudizaban. Yo esperando un beso y ella esperando dármelo.

Para despedirse en la noche ya había perdido toda esperanza de un beso, digo después de tanto tiempo de seguro ya se había olvidado de aquella vez en la que yo me encontraba solo pero feliz y llego ella para quitarme lo poco que yo llamaba felicidad. No fue así para despedirnos ella me dio un beso igual al de la mañana pero con sabor a noche y de despedida, me beso y subió, me quede con los ojos cerrados unos segundos y me fui a “dormir” porque ahora hasta mi pijama olía a ella, y mas que una felicidad esto era una tortura. Placentera tortura o una tortura sin descanso.

Día 8

Después de dormir mucho tiempo me desperté por el apetito y mas que nada por preocupación por ella, me levante y la fui a ver, traía una playera blanca que se transparentaba y yo sin poder evitar ver su hermosa figura le dije que en un momento le subía el desayuno mientras se cambiaba, ella se rió con complicidad.

En la noche mientras todos dormían y yo no podía dormir por la luz que no salía de mi closet, me asome y estaba ella sentada con la misma playera blanca de la mañana, bajo y nos besamos unos segundos bajo un árbol, un árbol que crece en mi closet –creo que debes estar cansada de estar durmiendo sola- ella afirmo con la cabeza y yo abrí la puerta que daba al cuarto, ella camino y se acostó entre mi primo y yo, su cara no era la de siempre, esta vez tenia algo de traviesa y juguetona, sus piernas relucían por la poca luz que reflejaban en estas y se acomodo, puse mi brazo entre su estomago, mis piernas entre las suyas, como aquella vez en la cual nos encontramos bajo sabanas la primera vez.

Día 9

Me levante y no estaba -¿Por qué hablas en las noches?- mi primo pregunto medio dormido –pareces chiflado-. No supe a donde se fue pero solo se que no estaba en la casa, mi madre y mis tías se fijaron que esa chispa en mi había muerto, que mi cara era la misma de hace mucho tiempo –pareces solo- dijo una tía –pareces muerto- dijo otra- a mi lo que me parece es que no eres feliz-. No pude mas que escucharlas con una sonrisa hipócrita.

Desde ese día ya jamás la volví a ver, único amor verdadero ¿Por qué te fuiste? No he encontrado una pareja y ni siquiera un amigo como tu, no he podido ser feliz, no encuentro ni te veo, a veces creo que te volviste parte de mi, mas que alguien a quien ame eres a mi a quien amo.

-No se que tiene mi hijo- mi madre le contaba a mis tías, desde hace rato mi hijo se pasa mucho tiempo en el closet hablando solo, incluso mientras duerme, y lo que mas me preocupa es que el carro llego con arena solo del lado el conductor la otra noche, -ya no se que hacer-.
Ya no podía soportarlo más ¿Dónde estaba mi novia? Que no la encontraba, ni siquiera en los libros que le preste la encontré.
¿Dónde se encontraría esta niña? ¿En su lugar favorito? ¿En el mío?
Cuando te vuelva a ver seré feliz, hasta que vuelvas a entrar en mí. ¿Soledad estarás dentro de mí?